Nombre | 3 - SIRIUS |
Edad | 4 años y 11 meses |
Sexo | Macho |
Tipo | Perro |
Estado | En adopción |
Localización | Casa de acogida |
Tamaño | Mediano |
Visto | 54 veces |

Descripción
¿Qué decir de Sirius? A parte de sus circunstancias pasadas, que ahora explico, este es el típico perro ideal para prácticamente cualquier tipo de familia o estilo de vida, por supuesto, siempre que la intención sea buena y se le vaya a tratar con amor, respeto y se le incluya como uno más del hogar.
Sirius no da ningún problema y sabe estar en casa, en piso, en finca, en el coche, en el campo, en la ciudad, con más gente, con menos, puede ser perro único o convivir con otros perros, pasear perfectamente con correa y también sin ella. Se lleva bien con todo tipo de animales, no se pelea, no es escapista, es obediente, súper simpático... y muy limpio.
De carácter destaca que es muy cariñoso, juguetón y le encanta correr... a toda pastilla. Su juego preferido es la pelota, y, todo hay que decirlo, tiene un poco de obsesión con ella. Eso sí, no le gusta el agua y no se suele meter en el río o en el mar. Puede parecer un poco dependiente y quizá tener algo de ansiedad por separación si fuera perro único o estuviera solo. Pero conviviendo con otros perros como está ahora en APACA, se le olvida eso y casi siempre prefiere estar fuera de la casa, persiguiendo sonidos, olores, atento a lo que pasa fuera.
Pero profundicemos un poco más en su pasado. Sirius fue dado en adopción desde APACA cuando era cachorro y todo parecía ir bien... hasta que la señora que lo adoptó enfermó. Conocíamos a la familia cercana y todos habían adquirido el compromiso de cuidarlo, incluso en el supuesto de que cualquier cosa le sucediese a la señora que vivía sola. Pero no fue así y terminó atado a una cadena durante varios meses. Cuando nos enteramos lo recuperamos inmediatamente. Entonces tenía dos años. Volvió echo polvo física y emocionalmente, pero su evolución fue sorprendente. En pocos días ya corría, volvió a aprender a jugar y se recuperó físicamente en muy poco tiempo. Emocionalmente le costó un poco más y el trauma vivido se reflejaba sobre todo en ansiedad. Pero con la ayuda de la manada y el buen trato, recuperó la serenidad, la confianza y por supuesto, la felicidad. Al principio se asustaba mucho con el ruido de cosas que caían, y aún hoy en día le queda algún reflejo de eso, pero es lo único que nos hace recordar aquella mala adopción.
En resumen, ¿quién no querría un perro como Sirius? Si no nos creéis, venir a conocerlo.
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